23 de junio de 2011

Eclipse de Luna


Cuando un fenómeno astronómico se produce una vez cada ciertos años, ese evento intenta ser registrado por multitud de fotógrafos. El pasado 15 de Junio, los medios de comunicación nos alertaban del eclipse lunar que esa noche se iba a producir. El parte meteorológica anunciaba cielo despejado y un servidor preparó el equipo necesario para plasmar tan esperado momento. A tal fin, desempolvé mi inmaculado objetivo Exakta 650-1300 mm. f8.0-16.0, que en varios años es la segunda vez que lo utilizo. No es para menos, pues su elevado peso y su cerca de un metro de longitud, lo hacen útil sólo en muy contadas ocasiones.

Puesto el “bicho” en un trípode y el cuerpo de la cámara en un monopié, mi ilusión por captar tan bello momento se fue al traste cuando hicieron acto de presencia unas inoportunas nubes que impedían la visión de nuestro satélite natural.

Con este desolador panorama, me dispuse a cenar pensando en recoger todo el equipo tras la ingesta de alimentos, al fin y al cabo, dicen que la intención es lo que cuenta.

Pero cual fue mi sorpresa cuando al desmontar el tinglado, ve pareció ver un gajo de luna que asomaba en el horizonte. Incrédulo, me puse a mirar por el objetivo, y ¡Voilá!, estaba observando el eclipse en su fase inicial. A partir de ese momento, no deje de tomar fotografías, al mismo tiempo que intentaba que el objetivo estuviera lo más firme posible, pues aunque utilicé el disparador a distancia,  el elevado peso del “bicho” y su extremada longitud focal hacía que cualquier leve movimiento pudiera convertirse en una foto trepidada.

Pero la noche me iba a deparar un momento especial, uno de esos momentos que difícilmente son repetibles y que el azar se unió a mi buena ventura. Me encontraba mirando por el visor, cuando ví una luz parpadeante que se acercaba por la izquierda de la luna y enseguida supuse que se trataba de un avión. Por si las moscas, me dispuse a estar sumamente atento porque parecía que la trayectoria de la aeronave podría pasar delante de la Luna. Y mi intuición no me falló. Disparé tres tomas, siendo ésta la central. A veces, la suerte, o quizás la constancia se alía con uno y le permite obtener una de esas fotografías “irrepetibles”.




Barrio Rojo.






































Hay determinadas fotografías que no son fáciles de obtener. Me encontraba en Amsterdam el mes pasado y tras un paseo por sus calles, me dirigí al famoso barrio rojo con el objetivo de intentar captar una foto representativa de este lugar mundialmente famoso. Chicas muy jóvenes y atractivas se apostaban en los escaparates de las angostas calles. He de comentar, que la prostitución en Amsterdam es legal, está regulada y las mujeres que la ejercen lo hacen en el ejercicio de su libertad.

Pues hete ahí yo enfundando con mi Eos 5D y el 24-105 mm f2.8, eso sí, tratando de pasar lo más desapercibido posible, tarea ardua y complicada, dada que esa mañana había sólo algunos escasos curiosos, algún turista llevado por su guía de viajes y más de un potencial cliente, pero en cualquier caso, éramos cuatro gatos los que recorríamos esa zona.

Evidentemente en un lugar de semejantes características, no puedes hacer alarde de equipo fotográfico, pero por más que te empeñes en camuflarlo, su considerable tamaño lo delata. No obstante, uno que es obcecado y perseguidor de sus fines, se enfunda la cámara en la mano, llevándola a la altura de la cadera y caminando como si no fuera conmigo, fui apretando el disparador a esa media altura del cuerpo, evidentemente sin poder componer la toma ni vislumbrar su resultado.

En la mayoría de las ocasiones, cuando las meretrices me veían acercarme con el equipo en la mano, bien echaban la cortina del escaparate u ocultaban su rostro. Disparé muy pocas fotografías y ésta que les muestro es, la mejor de todas. Sí, soy consciente que las altas luces están quemadas y hay otros aspectos que, en condiciones controlables, hubieran mejorado, pero hay situaciones en las que uno no puede elegir y ahí es donde juega un papel fundamental la edición; se puede, y se deben, corregir muchos aspectos en el laboratorio digital.

En cualquier caso, la toma final editada a mí me gusta, sobre todo, porque refleja fielmente un aspecto de esta ciudad que no es fácil de mostrar en píxeles.      

14 de junio de 2011

Investiduras

Dicen que las elecciones representan el máximo exponente de la democracia. Y yo no lo pondré en duda, entre otras cosas, porque así lo creo. También dicen que la democracia es el menos malo de los sistemas por el que un pueblo se puede regir, y yo, tampoco lo pondré en duda, dado que creo que es una acertada aseveración. Otro tema son las distorsiones de que el sistema pueda adolecer, y que en gran medida ha provocado el movimiento 15 M que proclama una democracia real ya, pero esto es harina de otro costal.

El 12 de Junio de 2011 se ha producido la investidura de la nueva alcaldesa de Carabaña Nadia Alvarez, tras arrebatar el mando a Mariano Arévalo, regidor durante las últimas legislaturas.

Como no hay mejor testimonio que el gráfico, y la fotografía me acompaña allá donde voy, a continuación podrán ver algunos de los momentos captados el pasado sábado donde la popular Nadia tomaba el bastón de mando sucediendo de esta forma al socialista Mariano Arévalo, cuyas imágenes también fueron testigo mudo de su proclamación 12 años antes, un 3 de Julio de 1999.

Como observador de la realidad, he de decir que aprecié emoción contenida en ambos líderes políticos, sin duda por distinta causa, pero emoción al fin y al cabo. Las instituciones son regidas por personas y éstas tienen la mala costumbre de que afloren los sentimientos cuando menos lo esperamos.

Junio 2011
 Julio 1999
Junio 2011
 Julio 1999
 Junio 2011
Julio 1999

Junio 2011
 Julio 1999
 Junio 2011
 Julio 1999
 Junio 2011
 Junio 2011

Julio 1999
Junio 2011
 Julio 1999
 Junio 2011

23 de marzo de 2011

Al Natural

Cuatro personas, dos parejas y un mismo camino. Destino indefinido, probablemente ninguno concreto, simplemente caminar por la playa.

Dos pasean su piel desnuda y  bronceada con la cabeza erguida e imaginamos que la mirada dirigida hacia la línea del horizonte, ese que nunca se tuerce salvo cuando hacemos alguna foto. Sus cuerpos son orondos y llevan el paso cambiado. Su firme compostura denota confianza y seguridad en sí mismos. Es una pareja ya madura.

Al su izquierda, como si de una cuidada composición se tratara, otra pareja coincide durante unos instantes a su altura. El contraste es bestial y la oportunidad de plasmar la imagen, única. Dos jóvenes de piel clara, enrojecida por el Sol él, cabeza gacha y paso lento, con el tradicional  traje de baño ambos y pareo ella, amén de los tocados que cubren su cabeza.

Si hubiéramos contratado figurantes para la fotografía, no hubieran interpretado la escena mejor que estos anónimos bañistas marbellís, a los que agradecemos que nos hayan regalado esta dual y veraniega toma.

A veces, algunas veces, el destino se alía con nosotros y juega a nuestro favor. Quizás, sólo quizás, el destino es una quimera inexistente que nos ayuda a justificar nuestros anhelos.

22 de febrero de 2011

Sin Título








































En ocasiones me cuesta trabajo titular una fotografía. El título es el carnet de identidad de la imagen, convirtiéndose en un elemento clave para llamar la atención del espectador. No es un asunto baladí éste, puesto que el título enfatiza la foto.

Por tanto, no dedicaré más esfuerzos a conseguir mi propósito y encabezaré este texto como una imagen “Sin título”. Al fin y al cabo, sin proponérmelo “Sin título” es también un título.

Tacones de aguja, zapatos de fiesta, medias de rejilla y falda de corte transversal que realza los turgentes muslos de la protagonista, un escenario y un público. Todos los elementos que visualizamos nos indican que estamos ante una artista en plena actuación. Y desde luego, no nos equivocamos.

He de confesar que me gusta sobremanera la composición de la imagen, la cual muestro tal y como se captó, sin recomposición alguna en la edición (con ello no quiero dar a entender que una imagen recompuesta en un programa de edición tenga menos mérito).

No es habitual tomar una imagen desde detrás del escenario, entre otros motivos, porque no siempre es materialmente posible. La búsqueda de nuevos ángulos, aporta originalidad a la toma. Asimismo, la simplicidad de las formas y líneas que conforman el elemento central de la imagen, proporciona una imagen bella, dinámica a pesar de su quietud y con una fortaleza fuera de toda duda.

Hagamos un ejercicio práctico....Cuando ha visto la fotografía por primera vez ¿ha recorrido de abajo hacia arriba y viceversa  las piernas de la artista? No se sorprenda si la respuesta es positiva, puesto que la disposición de los elementos descritos antes, guía nuestra mirada de observador en ese sentido. No es ilusionismo, llamémosle composición.

Por cierto, la susodicha es Malena Gracia.

23 de enero de 2011

A cuerpo limpio

Descontextualizando la foto que están viendo, podría asemejarse a la imagen del famoso toro de Osborne, todo un icono “typical spanish”. Observándola detenidamente parece que el morlaco posa para nosotros, como si su alter ego quisiera pasar a la posteridad, un deseo narcisista incompatible con su naturaleza animal.

Pero su mano izquierda flexionada nos indica que el pose no es tal, y su trote nos hace pensar que recorre el albero en busca de una salida que pronto encontrará, aunque él lo ignore. Acaba de pisar el ruedo tras recorrer un sombrío callejón. Tras él, ve la luz de la meseta castellana; acaba de superar el portón de los miedos, de los miedos ajenos. Y el lo desconoce.

Altivo y enaltecido se muestra ante un público que lo venera. Su porte encandila, sus hechuras son motivo de una espontánea ovación del respetable. Tras dos vueltas al ruedo inspeccionándolo, se apercibe de un torero, pero no de luces, un torero a cuerpo limpio, un torero con la única defensa que le proporciona el recorte en los medios, midiendo también las distancias como sus hermanos de luces.

Estamos en Iscar (Valladolid), en la semifinal de la Liga de Corte Puro a finales de Julio y aprieta el calor. Dos valientes se enfrentan cuerpo a cuerpo, pero él no lo sabe. Sólo responde al estímulo de la provocación que intencionadamente le realizan a cuerpo limpio.

16 de enero de 2011

Contemplación



Hay fotografías que causan zozobra al espectador. Esta es una de ellas. Seguro que lo primero que se le ha venido a usted a la mente es qué es lo que con tanta atención miran estas cuatro personas. Es un misterio que el lector quiere y desea desvelar, para calmar la intranquilidad que le produce el desconocimiento del hecho.

La foto está tomada durante la presentación de la feria taurina 2011 de Ajalvir, el pasado 14 de Enero, y los protagonistas de la imagen, de izquierda a derecha y de arriba a abajo son: Antonio Martín, alcalde de esta localidad madrileña, David Hebrero, ganadero y empresario taurino, Luis Miguel Encabo y Víctor Janeiro, matadores de toros.

Todos tienen la misma inclinación de sus cabezas, como si alguien se las hubiera colocado para buscar una perfecta composición fotográfica.  Y sus miradas son unidireccionales. La perpendicularidad de sus apéndices racionales se complementa a la perfección con la verticalidad del cartel anunciador de la feria.

¿Se puede pedir más a estos improvisados modelos? Evidentemente no, sólo agradecerles este momento que me brindaron, pudiendo captar una instantánea, al menos, curiosa.

Y ahora toca reconfortar a los sufridos y pacientes espectadores, descubriendo el destino de las misteriosas “visuales”. O mejor no, que cada uno elucubre y saque sus propias conclusiones. No hay nada mejor que la imaginación para el reconforte de uno mismo.