
Antes, durante y tras el partido, personas de este colectivo protagonizaron muchos momentos que dificilmente pueden recoger las cámaras, dado lo improvisado de su natural y espontáneo comportamiento, el cual sin duda, desbarata cualquier preparativo previsto.
Cuando, de vuelta a casa, uno visualiza las imágenes tomadas, descubre guiños, gestos que pasaron desapercibidos en el momento de la toma. Uno de ellos lo protagoniza la fotografía que he seleccionado, la cual, nada más verla, comprendí que reflejaba fielmente el compendio de actitudes de un colectivo poco conocido, que suele permanecer en la sombra.
Un Olé por estos chavales, se lo merecen. He de reconocer que yo, al menos, me sentí un poco más persona junto a estos chicos cuya minusvalía, sin duda, les engrandece.
Gracias por enseñarme un poquito de vuestro mundo, que es, en definitiva, el de todos.
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