Los fenómenos atmosféricos siempre dan juego a los fotógrafos. Particularmente me llaman la atención las caprichosas formas de las nubes, la breve aparición del arco iris o los espectaculares rayos de una tormenta.
La noche del 24 de Junio de 2010 pudimos disfrutar en Madrid de una tormenta eléctrica donde centenares de rayos iluminaron la ciudad. Presto y raudo, me dispuse a colocar mi cámara sobre el trípode, el cable disparador en su sitio y a través de la ventana de mi habitación pude captar innumerables vistas del barrio de las Rosas. Os dejo una de ellas. Fue tomada con una exposición de 13 segundos, a f/6,3 y 160 de Iso.
Durante una de las tomas, giré mi vista hacia atrás y contemplé una escena que me fascinó. A esas horas tan intempestivas, y nunca mejor dicho, mi mujer yacía plácidamente en su cama durmiendo como un lirón, con una tenue luminosidad que hizo mover mi lente hacia ella. Tras varios disparos continué con la tormenta perfecta.
La yuxtaposición de las dos imágenes nunca la hubiera imaginado, pero encajan a la perfección en un contrapunto lumínico.