Una bella panorámica de esta población nos da la bienvenida. Estoy expectante e ilusionado por conocer y compartir con nuestros amigos valencianos su esperada fiesta anual.
Festejando a San Blas, Gestalgar ha celebrado su toro
de cuerda, que en realidad fueron dos, ambos de Fernando Machancoses.
No hace muchos años que esta localidad
valenciana introdujo este festejo, influenciado por la población cercana de
Chiva donde lleva más de 200 años celebrándose.
A las diez y media de una mañana soleada, y
tras la tradicional traca, recorrió las calles de Gestalgar durante sesenta
minutos el primero de los toros ensogados, de astas romas, un noble animal que
pudimos seguir gracias a las aproximadamente 20 paradas que realizó en diversas
casas de la localidad donde tras fijar la maroma al enrejado, el toro
descansaba durante unos minutos. En la segunda parada, fue cascado con un
collar de cascabeles por los mozos, antes de continuar recorriendo las calles.
Nos apuntan que es costumbre cortar un trozo
de la cuerda en las casas que tienen el honor de recibir la visita del morlaco,
aunque este aspecto no lo pudimos comprobar visualmente.
Una vez en toriles, le tocó el turno a un toro
de la localidad invitada este año, Onteniente y su bou en corda, un bonito
ejemplar que lleva fundas en los pitones, como marca la tradición de esta
población, y que fue conducido por los aficionados de esa localidad vecina.
Tras enchiquerarlo, un miembro de la peña
taurina de Gestalgar pronunció unas palabras de agradecimiento a los presentes
y puso en valor los festejos populares, indicando que “los toros siempre
seguirán corriendo por las calles, pese a quien le pese”.
Tras sus palabras, todos los miembros de la
federación valenciana y española de toro de cuerda que asistieron a Gestalgar,
se hicieron una foto para el recuerdo.
Gracias de corazón a los miembros de la peña taurina de Gestalgar por las facilidades que me han concedido en la elaboración del reportaje fotográfico, y especialmente a Ernesto, por su desinteresada colaboración.