Es frecuente que los fotógrafos autocensuren determinadas imágenes que
pueden herir la sensibilidad de quien las contempla, pueden dañar la imagen de
una persona o resultar morbosas al espectador, no transmitiendo ningún aporte
de información salvo saciar la curiosidad de algunos espectadores.
En el mundo de los festejos populares taurinos, no se considera ético
ni está bien visto, publicar imágenes de cogidas, y el código deontológico no
escrito, rechaza tal práctica.
Durante el concurso de recortes celebrado ayer en Torrejón de Ardoz,
un astifino morlaco, bien entrado en kilos, propició una muy fea cornada en el muslo izquierdo a Cristian Parra
“Cristiano” durante uno de los varios y espectaculares saltos que realizó a los
astados, con el infortunio de dejarle un importante desgarro.
Cuando ayer al llegar a casa veía con atención la secuencia de la
cogida, me apercibí que la noticia gráfica no estaba en la imagen protagonista,
la de la cornada en el salto, sino que provocaba mucho más dolor, incertidumbre
y perplejidad observar la cara y gestos de los espectadores que se encontraban
próximos al percance.
Juzguen ustedes por sí mismos.
Solamente con ver como el padre tapa los ojos a su hija queda todo dicho... Gran entrada Raul.
ResponderEliminarSergio Recuero.