Ha muerto un buen hombre. Uno de
esos tipos que soñó con la libertad
de su pueblo, y por ende, la de todos los pueblos oprimidos, pudiendo ver
cumplido su sueño.
Cuando anoche leía la noticia en
un escueto comunicado en la emisión de un especial informativo de televisión sobre
la figura de Adolfo Suárez, en la víspera de la fiesta de nuestra Constitución,
me vino a la memoria esa mañana del 22 de Mayo de 2004, cuando tuve la
oportunidad de ver y fotografiar a uno los mandatarios que ha dejado en todos
nosotros una profunda huella difícil de olvidar.
La fotografía recoge el momento
de la llegada de Nelson Mandela al Palacio Real de Madrid, invitado en la boda
del Príncipe Felipe con Leticia. Fueron
unos escasos segundos en los que, tras salir del vehículo oficial, se volvió para saludar al público allí
presente.
Pude tomar dos fotografías; la
primera recoge el momento de ese saludo y está ligeramente trepidada y la
segunda es la que muestro en esta entrada.
Mandela, el hombre que derrotó al
racismo, según titula hoy la portada del diario “El País”, nos ha dejado, pero
su legado perdurará para siempre.
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